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La rebelión consiste en mirar antes del nombre.

Un mapa único y personalísimo emergerá del montaje del ángulo extraño, del contenido incierto, la

geometría indudable.

Mapa singular, hecho a medida; esquema riguroso de ternura áspera.

Lugares comunes estallados, plantas espinosas florecidas, pequeñas explosiones repentinas.

Lo sorprendente es que todo estuvo ahí desde el principio, y sin embargo pareciera entregarnos su

revelación en pequeños estallidos paulatinos.

El centro del encanto del enigma permanece intacto (ella sabe de su rebelión de ser

intransmisible).

Las palabras bordean lo indecible con una ingenuidad advertida de sí misma.

El sentido se amodorra y se demora un rato más.

Ante nosotros aguarda la forma. La forma de las cosas que vendrán.

 

Ramiro Giménez

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