Daniela Pafundi Fotografía
La murmuración de las imágenes nace de la búsqueda por habitar el espacio entre el momento de la vigilia consciente y la entrada al sueño, entre lo real y lo irreal, lo visible y lo invisible. La indefinición de estos polos hace que no haya un punto de partida y llegada claros. El tiempo y el espacio se entrelazan y producen repeticiones, pliegues, lateralidades, nudos, líneas de fuga, lapsus. Estos intersticios generan una polifonía visual que habla a través de murmuraciones, otras veces gritos. Las imágenes latentes dialogan con nosotros y con los otros, pero sobre todo entre ellas. El montaje se construye por afinidades conflictuales. Hay interrupciones, saltos, superposiciones. Se trata de un juego indisciplinado.
En este entre, este resquicio, como también en el acto de fotografiar, hay un sentimiento de duelo entre lo que vivimos y lo que podemos conservar de ello. Lo que hemos visto, tal como lo hemos percibido, ha muerto. Lo que queda es una mera traducción. Hay un pasaje del caos y la profusión de imágenes al discurso articulado. Las imágenes discurren entre las grietas de nuestra memoria. Perdidos en la traducción intentamos conectar partículas dispersas. La lógica lineal se quiebra y asistimos a una narrativa única y singular, propia de estos estados alterados de consciencia. Nos conducimos por enigmas empujados por la necesidad de comprender.